miércoles, 30 de abril de 2025

PRADO SECO-CALLEJÓN DE LOS LOBOS-PORTILLA DEL REY-VENTEADERO-REFUGIO ELOLA (LAGUNA GRANDE)

ESQUÍ DE MONTAÑA:

PRADO SECO-MEAPOCO-CALLEJÓN DE LOS LOBOS-PORTILLA DEL REY-VENTEADERO-REFUGIO ELOLA (LAGUNA GRANDE)

26 DE ABRIL DE 2025

Hace siete años justos desde la última vez que estuvimos en la Sierra De Gredos, esos Alpes en pequeñito que tenemos en el centro de la Península, donde no hay apenas collados francos, ni bajadas suaves, donde si la nieve no está buena, y aun estándolo como ocurrió en nuestro caso, te vas a ver obligado a continuas de transiciones, poniendo cuchillas o crampones ( y los dos a la vez porque no se puede…) según el caso, pero que siempre te va a regalar el espectáculo visual que supone la mezcla del granito con la nieve y con el azul intenso del cielo. Además, la ruta que hemos realizado te permite, cosa rara por estos lares, estar solo casi todo el tiempo, salvo el momento en el que te acercas al refugio.

Vamos con la logística: esta vez hemos ido “un patrullón”, a saber: Antonio, desde Madrid, Trujo, Pascual, Maxi y Paco, desde Granada y Jaén, y, por último, Manolete y yo desde Ronda, vía Sevilla, en donde recogimos a Salva. A última hora de la tarde estábamos todos reunidos en Hoyos del Espino tomando unas birras. Nos hemos alojado en el hostal Alfonso y hemos cenado en el bar Gredos. Prontito a la cama, que mañana es un día largo.

El primer bar que abre para desayunar en Hoyos es La Bodeguilla, a las 7:30. Y allí estaban los tíos como clavos a esa hora. En el bar quedamos a las 8:15 con Enrique, un señor de Zapardiel de la Rivera, que nos llevaría en todoterreno al inicio de la ruta en Prado Seco, a través del primer camino que sale en la carretera a la izquierda después del desvío a Zapardiel. El uso de un todoterreno para llegar al inicio de la ruta es obligatorio.

Bueno, pues ya estamos en Prado Seco dispuestos a comenzar. Se trata de una pradera alpina a la que no le cabe más agua después de las últimas lluvias y nevadas. Hasta ponernos los esquís deberemos portear durante una hora, en la que superamos 250 m de desnivel en tres kilómetros. Por suerte, casi siempre hay vereda.

Al ponernos los esquís superamos una empinada rampa, que al terminar nos deja en una corta arista, con unas vistas formidables del Cabeza Nevada. En el medio de la arista hay un pasaje algo expuesto en una zona rocosa. Después hacemos cumbre en El Calvitero (2152 m) (no confundir con el Pico Calvitero, 2401 m, que es el punto más alto de Extremadura). Nos quitamos los esquís durante unos cientos de metros, debido a la ausencia de nieve, antes de abordar el llano ascendente que nos separa del Meapoco (2396m), pico, que de llamarse pico de Las Tres Lindes, por decir algo, igual no lo hubiéramos subido, pero con ese nombre a ver quién es el guapo que se resiste, jejeje.


Con el Cabeza Nevada de fondo.
El pasito expuesto
El Calvitero
Llano inmenso...
...con inmejorables vistas...
...hacia el Meapoco.

Y vamos ya a por el primer descenso del día: el callejón de Los Lobos. Empieza con una empinadísima rampa con nieve tipo cuerno de vaca, después la pendiente disminuye y la nieve se “primaveriza”. Giramos a la derecha y la pendiente aumenta y el paso se estrecha, sin embargo, para nuestro gozo la nieve estaba de cine. Hablamos de casi 400 m de desnivel en poco más de un kilómetro.



Al finalizar el descenso nos hayamos en el hoya de Las Berzas; nombre un poco aleatorio para designar el sitio, pues pocas berzas se ven por aquí, aunque, bueno, tampoco encontramos lobos en el callejón.


Subida de la hoya de Las Berzas a cinco Lagunas.

Para subir al circo de Cinco Lagunas hay que superar una pendiente de 150 m en medio kilómetro, que nos hace discutir de si tirar a pelo, con cuchillas o con crampones. (Lo digo ahora, y así me ahorro la escribanía posterior: todos menos Manolete, que subió a pelo todas las portillas de la ruta, pero este es harina de otro costal y además se va a quedar sin amigos, porque la gente ya lo va conociendo. Lo malo es que él lo sabe y le da igual, jejejeje)


Después de subir cada uno como dios le dio a entender llegamos al circo de Cinco de Lagunas, lugar mítico para el alpinismo ibérico, por razones más que suficientes, pues al levantar la vista te encuentras, de izquierda a derecha, con la portilla del Rey, por la que subiremos, La Galana y el pico del Güetre, separados por un estrecho collado desde el que baja una pala infinita por la que vemos descender a un grupo de esquiadores; y para terminar, la portilla de Cinco Lagunas, cerrando el circo por el sur, encima de la laguna Cimera. Hay tajo para la próxima excursión...


Salva en Cinco Lagunas.

Subida a la portilla del Rey


Mismo cuadro que en la subida anterior, aunque esta es menos empinada, pero algo más larga: trescientos cincuenta metros de desnivel en un kilómetro. Nada que trecientos pares de zetas no puedan superar.


Moscas insignificantes en la subida

¡Antoñico, cuánto tiempo...!
Paco, en la foto de su vida, llegando a la portilla


Desde la portilla del Rey (2362 m) bajamos esquiando hasta El Gargantón, otros 300 m para abajo en un kilómetro, a través de una nieve que empezaba a estar un poco podrida.



Nos tocaba afrontar la última ascensión del día: rumbo sur y a por El Venteadero. La subida es menos empinada que las anteriores: una parte suave al principio, una sección más empinada después, un descansito a continuación, coincidiendo con el tramo que pasa bajo la vertical del Ameal de Pablo y La Galana, y para finalizar un último arreón solventado con cinco estéticas zetas que nos dejaría en El Venteadero.


En el Venteadero con el Almanzor al fondo.

Y ahora a disfrutar: casi tres kilómetros en los que descenderíamos más de quinientos metros. Nieve “primaveraca” a través de estrechos canales y palas empinadas hasta de llegar a la misma puerta del refugio con los esquís puestos.


Y si antes hemos disfrutado, en el refu nos dimos una manita de cervezas y vino que tampoco nos vino ni mal.



Al día siguiente para regresar repetimos el RECORRIDO de hace siete años.

Al llegar a Hoyos del Espino, en el restaurante La Galana, nos esperaba un delicioso chuletón, más que merecido.


Espero que os haya gustado.

DATOS PRÁCTICOS:

DISTANCIA: 16 KM

DESNIVEL: 1500 M

TIEMPO: 8 H.

TRACK

 

 

  

viernes, 18 de abril de 2025

CERRILLO REDONDO Y EL CABALLO

 

ESQUÍ DE MONTAÑA:

CERRILLO REDONDO Y CERRO EL CABALLO DESDE EL BARRANCO.

17 DE ABRIL DE 2025.

Salimos con los esquís puestos desde el coche, pues había nieve en el carril todo el rato hasta el barranco del Caballo. Esta nieve había desaparecido a la vuelta a causa del calor.

El grupo de hoy es grande: Fer, Luis, Camy, Maribel, Pascual, Salva, Íñigo y yo.

En el barranco tomamos paralelos al cauce y ganamos altura con rapidez a través de una nieve bastante dura.

A 2500 m pasamos por la gran piedra que suele ser el límite de la nieve cuando la primavera está bien avanzada.

Seguimos subiendo y la nieve se va endureciendo más y más, en parte por el intenso viento de norte que nos azota, hasta tal punto que cerca del collado del caballo hace que parte del grupo opte por las cuchillas y parte por los crampones.

Al saltar al otro lado del collado las condiciones cambian diametralmente, pues al estar a sotavento y con una temperatura no muy baja permite que la nieve esté transformada en primavera, lo que nos concede una esquiada de las buenas hasta el fondo del río Lanjarón, a 2600 m. 

Fer, al otro lado del collado, al fondo se ve Cerrillo Redondo. 

Ojo, porque hay cornisa en el collado.

Ponemos pieles y nos vamos a superar los 400 m de desnivel que nos separan de Cerrillo Redondo. A medida que ganamos altura la nieve se va endureciendo y el viento arreciando. Hasta tal punto que en la divisoria la nieve está como un cristal y el viento te desarregla la permanente.

Río Lanjarón.

Vamos a dejar que abra huella el de la trombo...

En el collado que hay al oeste de Cerrillo Redondo quitamos pieles y comenzamos a descender, pero cuando llevo unos llevo descendidos unos 50 metros escucho las voces de Fer, que me dice que el grupo ha decidido retirarse. Así que pieles y para arriba otra vez.

Dato importante: mirando hacia Las Alegas se ve que se ha ido casi toda la nieve.    

Al llegar a la divisoria hacemos un cambio rápido y tiramos de nuevo hacia el río Lanjarón. Al principio tenemos nieve muy dura, que se va transformando según bajamos en deliciosa “cremita nevadensis”.

En el río echamos un buen rato de charla antes de comenzar a subir.

La ascensión la hicimos trazando una amplia diagonal yendo pegados a los tajos.

 Cuando llegamos al collado, encaminamos nuestros pasos hacia El Caballo. Otra vez nieve dura y viento.

Maribel, embargada por la melancolía en la cumbre de El Caballo, jejeje.

La esquiada desde la cumbre de El Caballo hasta el coche es una de las míticas de la Sierra, pues hablamos de casi 1000 m de desnivel en cuatro kilómetros, llenos de nieve “primaveraca de la güena”, de esa para dar gritos, como así nos lo reconoció el amigo Íñigo en su primera incursión por estos lares.

En resumen: tres bajadones primaverales de los típicos de Sierra Nevada, el primero de 300m de desnivel, el segundo de 400m y el último de casi 1000 m. Ahí la llevas, Catalina.

Y para finalizar, cervecitas de rigor en Nigüelas… como decía el otro: “no digo que me lo mejores, iguálamelo!”  

Espero que os haya gustado.

DATOS PRÁCTICOS:

DISTANCIA: 18 KM

DESNIVEL: 1700 M

TIEMPO: 6H 30 MIN

TRACK