miércoles, 29 de mayo de 2013

CORREDOR NORTE DE LA ALCAZABA

CORREDOR NORTE DE LA ALCAZABA. 3371M.
AD 55º-60º. 650M.
25 y 26 de mayo de 2013.

Para conquistar a la Gran Dama de la Sierra había que buscar  las mejores condiciones posibles, había que intentar aprovechar el ambiente más propicio, pues de todos es sabido que sólo si ella quiere la conquista puede llevarse a término.
¿En qué mejor momento se podrían dar estas ciscunstancias que con la luna llena de mayo? Y esto fue lo que  pensamos hace dos semanas  cuando nos planteamos subir a la Alcazaba a través de su Corredor Norte.
Y dicho y hecho. El sábado a las dos y media de la tarde salíamos del Barranco de San Juan, después de habernos tomado un par de jarras de cerveza y un bollo con chorizo asado para coger fuerzas, rumbo al Prado de las Víboras.
Seguimos la Vereda de la Estrella hasta Cueva Secreta, cruzamos el Valdeinfiernos por el puente, remontamos la loma que lo separa del Valdecasillas, que cruzamos al poco rato, para después subir al Prado de las Víboras.
Buscamos un sitio para descansar un rato hasta que saliese la luna. Cenamos un poco y nos metimos en los sacos impacientes. Serían las ocho y media de la tarde. Tres horas después sonó el despertador que no despertó a nadie, pues andábamos ansiosos por comenzar la actividad. Aguardamos otro rato a que hubiese más luz. Al final a la una de la madrugada nos pusimos en marcha en busca de nuestro objetivo.
La luna aún no iluminaba el prado, así que bajo la luz de los frontales subimos al Gran Espolón. Al rebasarlo nos dimos de bruces con una imponente luna llena.
Tras el Gran Espolón nos encontramos con un circo que queda dividido en dos neveros prácticamente idénticos separados por otro espolón. Cruzamos el primer nevero y nos encaramamos en el espolón atravesando un estrecho corredor. Una vez en el segundo nevero buscamos el único canuto que da acceso al Gran Vasar. Se trata de un corredor que sube vertical con cierta inclinación a nuestra derecha. Es inconfundible, incluso de noche.
En este tramo la pendiente aumenta y se mantiene constante hasta el Gran Vasar. La nieve está magnífica, entran perfectamente las puntas de los crampones. Empezamos a disfrutar como chiquillos. Nos sentimos las únicas personas que hay en el mundo en ese momento. La soledad es sobrecogedora. La inmensidad de la pared norte de la Gran Dama nos rodea. La luz de la luna confiere un aspecto fantasmagórico a todo el ámbito. En esta parte llevamos los frontales apagados.
El siguiente corredor es nuevamente evidente. La pendiente vuelve a acentuarse. Progresamos sin prisa pero sin pausa, como le gusta a Manolete. En algunos tramos abandonamos la nieve para avanzar por la roca pues se escucha correr agua debajo y no nos apetece remojarnos. En una de estas llegamos a un tajo de roca que nos corta el paso. Hacemos una delicada travesía hacia la izquierda con los pies en la nieve y las manos en la roca. Al final hay que dar una paso sobre el vacío, fácil pero muy expuesto. Manolete pasa el primero como una cabrilla y al poco grita: "confía, que es fácil". Cuando me llega el turno no lo veo claro y decido retroceder unos metros. Monto una reunión de esas a prueba de bombas y "al ataque". Protejo el pasito con un friend y para arriba. Efectivamente el paso no tiene complicación pero hace que se apriete el esfínter anal. Unos metros más adelante monto reunión y le recojo cuerda a Dani para que suba.
Mientras tanto el cielo ha comenzado a tornarse rojo por el este. Nosotros continuamos avanzando. Al poco el Sol nos da los buenos días. Estamos felices. La Alcazaba esta a sólas con nosotros y cada uno de nosotros a sólas con ella. No hablamos. Piolet, piolet, crampón, crampón, y a cada poco rato nos paramos y nos regodeamos con la experiencia.
Y así, casi sin darnos cuenta, de repente, aparece ante nosotros la cumbre. Estamos realmente emocionados. Nos abrazamos. Son las siete de la mañana. El Rey Mulhey nos mira celoso. Encima la luna llena que aún no se quiere acostar. Más abajo, hacia el Sur, un impresionante mar de nubes cubre al mar de la sabiduría, el Mediterráneo. Hacia el Norte, Granada sigue durmiendo. Y el Este resplandece bañado por la luces rojas del amanecer.
Disfrutamos del momento. De ese momento que en cuanto empecemos a descender solo quedará en nuestra memoria, pues habrá otras cumbres, incluso esta misma, pero estas sensaciones que ahora experimentamos se irán con la bajada. Es por esto que permanecemos en lo más alto casi una hora.
Sobre las ocho de la mañana comenzamos el descenso. Hay que bajar por la Oeste. La pendiente en esta zona es fuerte y no permite fallos. Bajamos prácticamente rectos hasta el Gran Vasar, donde nos encaminamos hacia el Gran Espolón. Justo antes de llegar a él giramos a la izquierda y descendimos una empinada pala de nieve que nos deja justo encima del Prado de las Víboras, donde llegamos sobre las diez y media de la mañana.
Ahora a descansar un poco e iniciar el descenso hacia el Barranco de San Juan, a donde llegamos a las cuatro de la tarde. Y donde veintiséis horas después terminamos la actividad igual que la empezamos: "JARREÁNDONOS UNAS CERVEZAS, JEJEJEJEJE"

Horarios, distancias y desniveles:

Del Barranco de San Juan al Prado de las Víboras 4h15min
A la cumbre de la Alcazaba 6h
Al prado de las Víboras 2h 30 min
Al Barranco de San Juan 4h
En total, si lo hubiéramos hecho sin parar: 16 h 45 min.
Desnivel positivo: 3000 m aproximadamente
Distancia: 39,5 km

Descripción de la ruta sobre las fotos:

 Aquí se aprecian los tres pasos en los que hay que estar atentos para no perderse.
 Itinerario seguido.
LAS FOTOS:
 La foto anterior es de antes de empezar y esta del comienzo de la...
 ...Vereda de la Estrella.
 Al llegar a la famosa curva, nos hacemos la foto de rigor.
 Al pasar por el puente del Guarnón, observamos que igual queda alguna esquiadita más antes del fin de la temporada.
 La Alcazaba parece cada más cercana.
 La Norte del Puntal de la Caldera con su corredor.
 Dándole a la bota de vino antes de descansar un rato en el Prado de las Víboras.
 Son la una de la madrugada. Nos preparamos para la faena.
 Diagonal sobre el primer nevero, después del Gran Espolón.
 Subimos al Espolón que separa los dos grandes neveros de la norte.
 Antes del Gran Vasar.
 A veces había que buscar la roca, pues se oía correr el agua por debajo.
 Poco a poco, vamos avanzando. Esta foto está tomada a mitad de la vía.
 Las primeras luces dejan entrever por donde hemos subido.
 Seguimos subiendo rodeados de un ...
 ...ambiente magnífico.
 Comienza el espectáculo del...
 ...amanecer.
 El Sol comienza a bañar a los tresmiles orientales.
 Por fin, algunas fotillos...
 ...con luz...
 ... de la última parte del...
 ...Corredor.
 Último apretoncillo y ...
 ...CUMBRE!
Anda que no están contentos los tíos ni na.
 El Rey.
 Al fondo, bajo el mar de nubes, se intuye el Mediterráneo.
 A punto de meternos en la Oeste.
 En la Oeste de la Alcazaba no se puede uno resbalar.
 Parte delicada antes de llegar al Gran Vasar.
 Con cuidado avanzamos a través del Gran Vasar.
 La misma de antes más ampliada.
 Parte del itinerario seguido en la bajada. Bajo las flechas se aprecian las siluetas de Manolete y Dani.
 La misma, desde más cerca.
 Otra de la Norte del Mulhacén.
 Ahí viene Dani con carilla de sueño, después de toda la noche en vela.
 Al fondo, bajo la flecha, está nuestro vivac.
Ultima visión de la Alczaba. Hasta la próxima, Señora.

1 comentario:

  1. . . un ole por el fotógrafo. . . y al resto del personal le aremos la ola . .

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