ESQUÍ DE MONTAÑA:
VALLES AL SUR DE LOS TAJOS DEL NEVERO Y DE LA LOMA DE CÁÑAR
(11-3-2023)
¡Excursionaca! Os cuento la primera gran excursión de
primavera de esta temporada. Y digo la primera, porque ha sido la primera en la
que hemos podido disfrutar de esa magnífica nieve, que solo se disfruta aquí y
en estas fechas.
La idea original era ir al Valdeinfierno, sin embargo, al
ver la cantidad de hielo que había en las orientaciones norte cambiamos de
planes y nos dirigimos al sur.
Con detalle:
El grupo de hoy ha tendido a banda: Trujo, Camy, Maribel,
Enrique, Paco Alcaudete, Javi, Miguel, Coto, Manolete, Alex y yo.
Salimos de Peñones y
cruzamos la estación de esquí, llegamos al collado de La Carihuela y de allí
subimos al puntal de Loma Púa. En el collado nos pusimos los esquís y
descendimos la cabecera del valle del arroyo de Peñón Colorao hasta la cota
2750 m, terminando de esta manera los primeros quinientos metros de descenso.
Deciros qué en la primera parte, la más empinada, la nieve está todavía algo
dura, pero después “primaveraca de la güena”.
Puntal de loma Púa |
Seguidamente, giramos a la derecha para subir el canuto que
da acceso al pequeño valle secundario que nace bajo la vertical del Fraile de
Capileira. En la parte final del ascenso la pendiente se agudiza a la vez que
el paso se estrecha, por lo que una parte del grupo sube con cuchillas y otra
parte con crampones. Una vez arriba esquiamos haciendo una media ladera
descendente hasta colocarnos sobre la vertical del valle del río Lagunillos,
desde ahí tomamos dirección sur en busca de la máxima pendiente a través de una
nieve primavera, que a veces estaba profunda y escondía hoyos traicioneros que
a más de uno nos hizo probar lo fresquita que estaba. Se acaba la nieve a
2700m. En este punto paramos a comer algo y darle unos buenos trago a la bota,
que no va a ser todo deporte y vida sana, jejejeje.
Momento en el que paramos para poner cuchillas o crampones, |
Arriba, se aprecia el Fraile de Capileira. |
Otra vez para arriba, remontando ahora por la vertiente
derecha hasta montarnos en la arista que separa del siguiente valle, el del
barranco de Prado Largo, que por cierto confluye con el del río Lagunillo allá
por los 2300m. El caso es que a 2950 m el grupo decide separarse, dirigiéndose
una parte hacía la loma de Cáñar y otra parte (Alex, Manolete, Coto y yo)
apurando un poco más y descendiendo hasta los 2650 m.
A continuación, remontamos hasta la loma de Cáñar, que
alcanzamos a los 3000 m. Nuevamente quitamos pieles y descendemos ahora hasta
el cauce del río Lanjarón, al que llegamos más o menos a la altura del refugio
de peñón Colorao. Mira que habré estado veces aquí, pero no me canso de abundar
en la magia que tiene este lugar.
Una vez disipada la magia volvemos a la realidad de poner pieles y tirar para arriba hacia el amplio collado que separa Elorrieta del Cartujo, donde nos recibe un fuerte viento que nos hace presagiar el percal que nos encontraríamos detrás. Quitamos pieles y empezamos a esquiar a través de nieve dura-hielo, hasta que Alex, que va el primero, grita “crampones y piolet que esto está para matarse”. Dicho y hecho, esquís a la mochila, crampones a los pies y piolet en la mano. Bajamos haciendo una media ladera descendente atravesando zonas de hielo azul con pelotas, de ese en el que hay que moverse con cuidado.
A 3000 m mejoran las condiciones y nos ponemos los esquís.
Parece que aunque la nieve esté muy helada los cantos agarran bien, sin embargo
al cruzar una placa de hielo a Alex se
le fueron los esquís y rodó sin opción de parada más de veinte metros. Menos mal
que era una zona de poca pendiente y todo se solventó con un bastón roto.
Para finalizar cruzamos la estación y volvimos al coche,
para después quedar con el resto del grupo para echar unas cervezas y celebrar
este magnífico día de esquí de montaña.
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