domingo, 25 de octubre de 2020

BICIBIRRISMO EN LA SIBERIA EXTREMEÑA

 

LA TRANSIBERIANA EXTREMEÑA.
(10,11 Y 12 DE OCTUBRE DE 2020)



La Siberia extremeña está situada al este de la provincia de Badajoz, lindando con Cáceres y Ciudad Real. El lejanía de la capital y la baja densidad de población caracterizan a esta comarca . Estas circunstancias hicieron que a principios del siglo pasado empezarán a referirse a ella con el nombre del territorio ruso homónimo. 

Hablamos de una superficie de casi 2800 kilómetros cuadrados con una población que no llega a los 20.000 habitantes, repartida en 17 municipios. Es decir, está prácticamente despoblada. En su geografía hay que destacar la presencia de algunos de los grandes pantanos de España (Cíjara, García Sola, Orellana, Zújar y el "minimar" de La Serena), así como una gran variedad de paisajes, que van desde los bosques espesos formados por diversas especies salpicados por  afloramientos rocosos de cuarcita, a los páramos infinitos o a las magníficas dehesas.

Todo esto confiere una singularidad especial a esta comarca extremeña que bien merece una visita.

La forma que hemos elegido para conocerla ha sido la del BICIBIRRISMO, que como muy bien sabéis es una modalidad deportiva que combina el deporte de la bicicleta con el muy noble arte de "jarrear" cervezas, esto es, te pones a andar en bici y cada vez que pasas por un pueblo te paras y te tomas una cerveza como mínimo con su tapa correspondiente, no faltaría más.  Por tanto, aparte de reseñar en la ruta los kiómetros y el desnivel realizados procede decir las cervezas tomadas en el trayecto (solo en el trayecto, las tomadas en los pueblos en los que dormíamos no se cuentan)

Con lo que el primer resumen es el siguiente:

300 km, 4000 m D+ y 18 cervezas, lo que supone una cerveza cada 17 km, más o menos. ¡Ahí la llevas, Catalina!

Antes de detallar la etapas decir que en esta ocasión hemos ido Manolete, Manolo Pérez, Emilio (solo nos acompañó en la segunda mitad de la ruta) y yo.

ETAPA 1: FUENLABRADA DE LOS MONTES A HERRERA DEL DUQUE.

(91 km, 1600 m D+, 6 cervezas)

 Salimos de Fuenlabrada y lo primero que nos encontramos fue una empinada subida de tres kilómetros que nos puso las piernas calentitas nada más salir. El paisaje es espectacular a nuestra derecha, por donde las vistas se abren hacia el valle en el que está Fuenlabrada. El descenso lo hacemos embutidos aún en el bosque. Después llega un pequeño llano hasta llegar a la carretera, que seguiremos unos kilómetros, coincidiendo con la cañada Segoviana, y que abandonaremos por la izquierda para internarnos en la parte más espectacular del recorrido: la reserva regional de caza del Cíjara. Se trata de un denso bosque, donde a veces predominan los quercus y a veces las coníferas en el que nos acompañarán los ciervos y los gamos. Con este ambiente y tras duros repechos y divertidos descensos llegamos a las afueras de Villarta de los Montes, en el que no entramos.

Aquí podéis ver el exiguo equipaje para los tres días.

 




Una vez que dajamos atrás Villarta de los Montes avanzamos con la sierra de La Rinconada a la izquierda y el embalse del Cíjara a la derecha hasta el collado del Puerto del Lobo, donde giramos a la derecha. El trayecto discurre ahora entre pinares. Continuamente nos salen caminos a izquierda y derecha por lo que la orientación en esta zona es complicada. Al poco rato dejamos a la derecha el desvío hacia Helechosa de los Montes e iniciamos el descenso que nos llevará hasta las puertas del palacio del Cíjara, que está a orillas del pantano.


 
Piscina natural de Villarta de los Montes. 



 
Palacio del Cíjara.



Avanzamos ahora con el pantano a nuestra derecha por terreno de dehesas hasta llegar al puente que cruza para ir a Castilblanco. Para ir a este pueblo hay que ir a volver por el mismo camino, que además es carretera. Este desvío nos supondran 10 kilómetros extras, pero a cambio nos permitirá saborear unas cervezas bien fresquitas en el bar Newton, en el que tomamos tres tercios acompañados de sabrosas tapas, gratis por cierto. A saber: san jacobo, sardinas rebozadas y bolitas de queso empanadas.

Después de volver al puente solo quedan 15 km hasta Herrera, que se realizan en parte por carrtera, en parte por caminos. Las dehesas dejan paso al típico paisaje estepario.

A lo lejos se ve el castillo de Herrera del Duque.

 



En cuanto llegamos al pueblo nos apretamos otras tres cervezas pues queríamos prevenir una posible deshidratación, jejeje.

Nos hemos alojado en el Hostal Carlos I y hemos estado tapeando en el bar Los Pastores, bar Pichucho y en salones Ismael, este último muy recomendable.


ETAPA 2: DE HERRERA DEL DUQUE A PUEBLA DE ALCOCER.

(127 km, 1200 m D+, 7 cervezas)


 

Esta etapa aparte de las más larga es la más variada en cuanto a paisajes.

Salimos de Herrera por un camino que va paralelo a la carretera hasta llegar a Peloche, un pequeño pueblo que está situado en una especie de bahía en el pantano de García Sola. El paisaje está conformado en esta primera parte por dehesas.

 

Peloche

Desde Peloche hasta Puerto Peña vamos por carretera. Una carretera muy tranquila, eso sí, que discurre a través  de continuas subidas y bajadas por frondosos bosques en los que se mezclan pinos, encinas, alcornoques, olivos, madroños y algorrobos, sobre un sotobosque, en el que predominan las jaras, tan espeso que para transitar por él sería preciso el uso de un machete, como si de una selva tropical se tratase.

Puerto Peña, paraje en el que está la presa del embalse de García Sola, es un lugar muy especial para mí, pues en este sitio me inicié en la escalada. Se trata de un lugar de gran belleza en el que  las agujas de cuarzita parece como si saliesen del agua. En él hay gran variedad de avifauna.

Playa de Puerto Peña


 

Presa de Puerto Peña.

Seguimos camino ahora paralelos al Guadiana por el carril que va al lado del canal de Las Dehesas. Nos desvíamos y vamos a Casas de Don Pedro, al que llegamos a las 12, buena hora para echar la primera cerveza y eso hicimos en el bar El Parral, acompañándola con un pincho de tortilla.

Iglesia de Casas de Don Pedro


De vuelta al canal y a buscar nuestro siguiente objetivo: Navalvillar de Pela, en cuya plaza paramos en un gastrobar donde nos tomamos dos cervezas Gavilán con sus correspondientes tapas. Uff, qué mal día estamos echando!!!


 

Por carretera llegamos a Orellana de la Sierra, un pueblo absolutamente encantador colocado a modo de balcón sobre el pantano de Orellana en el que destaca la plaza en la que podemos encontrar enfrentadas la fortaleza-palacio de García Bejarano y la pequeña iglesía del Espíritu Santo. 



 Para reponer energías paramos en el bar Los Cheris para tomarnos unas cervezas. Aquí además de las tapas gratis nos pedimos unos saquitos rellenos de brandada de bacalao que estaban riquísimos. ¡Qué dura es la vida del bicirrista auténtico!

 


Antes de encaminarnos a Orellana la Vieja subimos a un mirador que hay encima del pueblo por recomendación de la chica del bar. Las vistas merecen la pena.

Por carriles llegamos al pantano de Orellana. Esta pantano tiene bandera azul, debido a sus servicios y a la calidad de sus aguas. Aparte de las playas y de ser un paraiso para los amantes de la pesca deportiva tiene un club nautico en el que hay atracadas numerosas embarcaciones de recreo. Al lado está el club Ibérico de Vela, que dispone de un magnífico bar con vistas al embalse y donde no nos pudimos resistir a tomar otra cervecita antes de reanudar la marcha.

 



Desde el embalse fuimos a Orellana y después a la presa, tras atravesarla giramos a la izquierda y después de unos pocos kilómetros tomamos el carril del cordel Serrano que nos lleva a Esparragosa de Lares. Todo este tramo se desarrolla por una inmensa estepa.

Castillo-palacio de Los Altamirano
 


La inmensidad esteparia.

 Desde Esparragosa nos toca acometer la dura subida al castillo de Puebla de Alcocer. Las vistas sobre los embalses de La Serena y el Zújar son espectaculares.



Esparragosa de Lares y embalse de La Serena.


Castillo de Puebla de alcocer.



 Para teminar la etapa ya solo nos queda bajar a Puebla de Alcocer: un pueblo que por el mismo ya merece una visita, pues tiene el museo del Gigante, la iglesia de Santiago, varias ermitas y conventas, así como numerosas casas solariegas, sin olvidar los bellos rincones que esconden muchas de sus calles.


 




Nos alojamos en La Casa de Los Templarios y cenamos en el pub Marín. Ambos sitios muy recomendables.

 

ETAPA 3: DE PUEBLA DE ALCOCER A FUENLABRADA DE LOS MONTES. 

(69 km, 1000 m D+, 5 cervezas)

 

La gran protagonista, desde el punto de vista paisajístico, de hoy ha sido la dehesa poblada por ingentes rebaños de ovejas.

Salimos de Puebla de Alcocer con bastante fresco. El terreno al principio es descendente hasta casi que llegamos a Talarrubias. Visitamos rápidamente el pueblo y continuamos camino.

Plaza de Talarrubias.
A partir de aquí el recorrido se desarrolla por dehesas a través de caminos que se meten en distintas fincas. Pasamos al lado de un gran cortijo y después al lado de unos tinaones. En esta parte del recorrido encontramos perros acompañando a los rebaños de ovejas. Ladraban mucho pero eran inofensivos.

Al poco afrontamos un breve descenso tras el que nos tocó lidiar con un buen repecho.

En el kilómetro 30 dejamos el camino, saltamos una angarilla y fuimos campo a través durante dos kilómetros, bajando primero al cauce de un arroyo seco y subiendo después hasta dar con el camino. Sin más llegamos a Siruela cuando llevábamos 37 km.

 


Siruela es un pueblo con muchos monumentos, que por si solo ya merece una visita. 

Nosotros hicimos la parada de hidratación en el bar Merchán (tres cervezas con tapas gratis: alitas de pollo, croquetas y chocos)

Plaza de España. Siruela.

Cervecitas en la plaza de Santa Clara.

Continuamos nuestro recorrido a través de las dehesas sin nada reseñable hasta en el km 44, lugar en el que nos tocó lidiar con una subida de un par de kilómetros muy dura. Después un llano y un descenso, tras el que salimos a la carretera, por la que transitamos un par de kilómetros antes de abandonarla por la izquierda, para después de otro par de de kilómetros llegar a Garbayuela, en cuya plaza hicimos la última parada de hidratación: dos cervezas y unos chorizos fritos.


Voy que me salgo.


Una de las innumerables cancelas que hubo que atravesar


Plaza de Garbayuela.


Después de Garbayuela continuamos traycto sin dificultades hasta el km 62 en el que cruzamos la carretera y afrontamos la subida del último puerto de nuestro periplo siberiano: el puerto de La Presa, tras el que un suave descenso nos llevaría a Fuenlabrada de los Montes.

Cambio de paisaje al final de la etapa.

Iglesia de Fuenlabrada


Manolete, Manolo P. y yo.

En esta cambiamos a Manolo P. por Emilio.

RESUMEN Y TRACKS:

287 KM, 3800 m D+








2 comentarios:

  1. Hay que estar muy entrenado para el bicibirrismo, hace que el ciclismo parezca fácil.
    Ya quisieran en Siberia bares con tapa gratis.
    En nada estamos esquiando.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Ya mismo estamos con el esquí de montaña, ya lo creo...

    ResponderEliminar