miércoles, 24 de abril de 2019

HAUTE ROUTE DES ECRINS: ETAPA 4

HAUTE ROUTE DES ECRINS 4: 
DEL REFUGIO DE L'ALPE DE VILLARD D'ARENE AL REUGIO DES ECRINS PASANDO POR LE PIC DE NEIGE CORDIER
(15 de abril de 2019).



Hoy, creo, ha sido el mejor día. El más alpino. Hemos disfrutado mucho, tanto con la actividad en sí como con con las magníficas vistas y también hemos pasado un poco de miedo, como casi siempre, sobre todo en las palas que preceden a la cumbre del Pic de la Neige Cordier.
El caso es que hemos desayunado a las 5:30 y a las 6:30 ya estábamos encima de los esquís.
La primera parte de la ruta transcurre por un amplio valle en dirección sureste. Sin apenas ganar altura hemos recorrido 3 km (cosa rarísima por  estos lugares). Después hemos llegado cerca del amplísimo collado d'Arsine (2300m), donde hemos girado a la derecha para meternos en el glaciar d'Arsine. Delante de nosotros, justo antes de torcer, tenemos un retablo de mas de mil metros de altura, tallado en hielo y roca.
La pendiente se agudiza cuando nos adentramos en el glaciar. Pronto tenemos a la vista nuestro primer objetivo: la breche de la Plate des Agneaux. Mientras tanto el camino carcolea entra las caprichosas formas con las que el hielo ha moldeado el paisaje.

 Antes de amanecer cruzamos el llano.
Las nubes enganchándose en las cumbres.
Remontando...
...el glaciar de la Plate des Agneaux
 Si echas la mirada atrás...
Breche de la Plate des Agneaux.


Al llegar a la base de la brecha toca cambio de herramientas (esquís y bastones a la mochila) para superar los 300 m de nieve dura y algo de hielo, con una pendiente máxima de 45º, que definen la breche de la Plate des Agneaux.


Para darle más ambiente (por si ya tiene poco) la niebla ha querido acompañarnos en esta parte de nuestro periplo "ecriniense". Al llegar arriba, por arte de birli birloque la niebla ha desaparecido en un plisplás y hemos quedado absolutamente sobrecogidos por el paisaje: tenemos enfrente toda la zona que abarca desde la Casse Dèserte al refugio de Àdele Planchard, por la que hemos transitado en los días anteriores, en la que se dibujan los pasos, desde aquí aparentemente imposibles, para los esquís. Eso de frente, porque a nuestra izquierda vemos el kilómetro y pico de arista que nos separa de la cumbre del Pic de la Neige Cordier. Y todo esto subidos en un magnífico balcón natural, que te hace sentirte etereo entre las montañas (bueno lo de etereo, por supesto que es totalmente figurado, porque como se te vaya a cabeza con la etereidad te calzas una hostia que no la cuentas, jejejeje). El ambiente es tal, que Manolete que es muy sensiblito se ha emocionado..., jejeje, que no, que es broma, que aquí no se emociona nadie, que somos todos muy duros, jejeje.

 El corredor sigue detrás de las rocas, no de frente.
Manolete llegando...
...al final del corredor.

A continuación comenzamos a "volar" sobre la arista hasta que llegamos a un estrecho y empinado valle colgado de unos 50 metros en su parte más ancha. Hemos comenzado a enterrarnos con los crampones, así que hemos decidido ponernos los esquís (imitando a un grupo de cinco franceses que hemos ido encontrando durante todo el trayecto). En cada vuelta maría con el vacío detrás se te encogía el corazón (por no hablar de los esfínteres) de tal manera que si no se había llorado antes de emoción, uno (yo) se empezaba a plantear empezar a llorar aquí, pero de miedo, mecagüentó!!!. Al final, tras las primeras vacilaciones, hemos llegado  a una zona rocosa que defendía la cumbre(3550m).  La niebla volvió a echarse y empezó a soplar el viento. Ahora había que flanquear el pico dejándolo a nuestra izquierda, pasando por un pasaje volado sobre unos tajos según se intuía en el mapa, por lo que decidimos ponernos los crampones para asegurar. Al poco, nos encontramos a los franceses que subían los escasos 70 m que nos separaban de la cumbre enterrándose en nieve por encima de las rodillas. Nosotros decidimos dejar la cumbre para otra ocasión y dirigirnos hacia el Col Émile Pic (3483m ) que se dejaba ver en los escasos momentos en que se levantaba la niebla. Por cierto, en un momento en el que salió el sol pudimos ver que el pasaje anterior por el que pasamos con crampones era perfectamente factible con esquís, pero ¿quién es el guapo que se atrevía a pasar por allí sin ver?







 Debajo de la cumbre se aprecia la parte final del valle colgado del que hablaba antes.


Bueno, una vez en el collado toca buscar la mejor instalación de rapel. Hay dos a la vista que no nos convencen demasiado, así que Manolo destrepa unos diez metros debajo de unas rocas que hay en la parte izquierda y me da una voz para que baje, yo, obediente, le hago caso. La ventisca arreciaba por momentos. La instalación consiste en un puente de roca y un parabolt. Rapelamos con los dos randonnés de 40 m que llevamos y caemos en una zona medianamente factible para bajar, tiramos de las cuerdas y las recogemos más abajo en un lugar verdaderamente cómodo. 

 Destrepando en busca del inicio del rapel.
Por el hombro que se ve debajo del espolón de la derecha es por el que pasamos esquiando hacia el refugio.
Col de Émile Pic desde el hombro.

Para terminar esta magnífica jornada, en lugar de bajar esquiando hasta el glaciar Blanc hemos saltado el primer espolón rocoso que nos sale a la derecha para ahorrarnos la foqueada final. Hemos llegado, casi literalmente, por el techo del refugio.

                                                              Bajo el espolón está el refugio.

En resumen: ocho horas memorables de esquí-alpinismo absolutamente sublimes, con un foqueo inicial suave y largo para entrar en calor, un corredor de 300 m, una arista que nos ha permitido volar sobre el vacío durante más de un kilómetro, un rapel de 40 m, azotados por el viento, para franquear un collado empinado y una corta  esquiada final para llegar al refugio por el tejado. Como dice José Mota: IGUÁLAMELO!!!!

 Esto es lo más cerca que vamos a estar de la Dôme des Ecrins, pues al día siguiente amanecerá nevando.

El refugio tiene una barandilla en la puerta de acceso porque al llegar con los esquís como te pases de frenada te pegas un vuelo de más de 100 m sobre el glaciar. Otras cosillas: el refugio es frío, no tiene agua corriente, pero se come de puta madre.

 


TIEMPO, DISTANCIA,DESNIVEL Y  DIFICULTAD:
8 horas.
10 km
1600m D+
ESQUÍ 2-3. PD+.
TRACK
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